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2 jun. 2025

Las cosas que me enseña papá y que le dan sazón a mi vida

Papá. Ese héroe silencioso que, con calma, su relajo y uno que otro boche, me ha enseñado a entender este mundo. Tal vez no siempre lo dice de frente, pero lo que hace habla más alto que cualquier discurso.

Hoy, ya sea desde la cocina, manejando, o en medio de una chercha, me doy cuenta de que estoy repitiendo sus lecciones. Cosas que no se olvidan. Cosas que se viven.

Estas son algunas de ellas:

1. A cocinar con corazón

Papá no es chef, pero ese sazón no lo tiene cualquiera. Me enseñó que cocinar no es seguir recetas como un robot, sino tener coraje, inventar y disfrutar. Con Royal Prestige®, papá convierte cada comida en un momento especial. Y ahora que me toca a mí, con las mismas ollas y ese mismo flow, entiendo que en la cocina también se dice “te quiero”.

2. A manejar… sin perder la paciencia

Aprender a manejar con papá fue casi una odisea. “Maneja como si todos anduvieran distraídos”, dice. Y entre los tapones y los frenazos, me enseñó a respirar hondo cuando todo parece salirse de control. Una lección que sirve tanto en la calle como cuando todo el mundo tiene hambre y la comida aún no está.

3. A crecer con cada caida

Papá no es de hablar mucho, pero cuando más lo necesito, sabe qué decir… o cuándo quedarse callado. “El corazón duele, pero también aprende”, me dijo una vez mientras me servía una sopita caliente hecha con su caldero Royal Prestige®, de esas que le devuelven a uno el alma al cuerpo.

A su manera, me enseña que el silencio también acompaña, y que no todo dolor es el final. A veces, es el principio de algo nuevo.

4. A ponerle sazón a la vida

Papá sabe cuándo relajarse, cuándo ponerse serio, y cuándo dejarse llevar. Me enseñó que la vida es equilibrio: entre lo que toca y lo que uno quiere, entre lo correcto y lo sabroso. Porque, como en la cocina, no se trata solo de ingredientes, también cuenta el tiempo, la intuición… y claro, mucho sazón.

Hoy, en cada comida familiar, en cada consejo que doy, en cada carcajada que soltamos, papá está ahí.

Y aunque no siempre se lo diga, cada una de sus enseñanzas sigue dándole sabor a mi vida.

Con amor, para todos los papás que nos enseñan a ponerle sazón a cada momento.

¡Feliz Día del Padre!

 

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